Tema 3

Ética En Las Culturas Antiguas

El concepto de ética antigua está ligado a una vertiente que viene de Sócrates (y los Sofistas), pasando por Platón, y que tiene su clímax en Aristóteles. En general, ninguna de estas teorías concibe la ética como un conjunto de consejos o normas sobre lo que los demás deben hacer. En este sentido, la ética antigua cumple una de las exigencias de Moore (1907), cuando afirma: “It is not the business of the ethical philosopher to give personal advice or exhortation”. A excepción de la ética de Aristóteles, la de Sócrates y de Platón están plagadas de lo que algunos estudiosos, como Guthrie (1984) han llamado intelectualismo ético, esto es, la idea de que la bondad moral está ligada a la sabiduría y, por ende, a la educación y que, por el contrario, la maldad moral es el producto de la ignorancia, de la ineducación o de la mala educación. El Estagirita, en cambio, se pregunta por cuál es el bien para el individuo y para la pólis, concluyendo que se trata de la eudaimonía o felicidad, la cual es el fin de la acción humana.

Cuando nos referimos a la ética antigua, el nombre de Aristóteles salta inmediatamente a la vista, y con razón; puesto que él es quien ofreció por primera vez un estudio sistemático de la misma, intentando definir el bien del individuo y de la pólis, y estableciendo que este bien es la eudaimonía, traducida usualmente por felicidad. Al respecto, ha sido ampliamente notado que Aristóteles no se pregunta por qué acciones debe realizar el individuo, tampoco da un conjunto de normas o consejos sobre lo que debemos hacer, sino que sencillamente se pregunta cuál es el bien que el individuo y la pólis deben buscar. Su repuesta es categórica: este supremo bien es la eudaimonía. Aristóteles, no obstante, no es el primer pensador que aborda el problema ético. Antes de él lo hicieron Sócrates y los sofistas, y desde luego Platón. Pero a diferencia de ellos, Aristóteles lo hizo de manera sistemática. Debido a lo anterior, en nuestro estudio de la ética antigua abordaremos algunos aspectos del pensamiento ético de Sócrates, bajo el supuesto de que sus ideas al respecto las encontramos en los así llamados diálogos juveniles o socráticos de Platón. Luego de ello, pasaremos directamente al pensamiento ético de Aristóteles.

El punto de partida: ¿una era posdeóntica? Bloch (2000), el gran teórico francés de la historia, afirma que la separación entre pasado y presente en la historia es poco relevante; es más, la frontera entre ambos momentos no es tan claramente perceptible, como alguno de manera ingenua y ligera podría pensar:

Asimismo, esta solidaridad de las edades tiene tal fuerza que los lazos de inteligibilidad entre ellas tienen verdaderamente doble sentido. La incomprensión del presente nace fatalmente de la ignorancia del pasado. Pero no es, quizás, menos vano esforzarse por comprender el pasado si no se sabe nada del presente. (…) (p. 47) 

Así como en la distinción histórica entre pasado y presente no es muy diáfana la línea divisoria, no se pueden separar tajantemente los problemas morales del presente con los del pasado, si bien cada época tiene su peculiaridad. Lo que ha cambiado, eso sí, es la forma de abordarlos teóricamente. ¿Cuál es una manera posible y adecuada de abordar los problemas morales de la posmodernidad, caracterizada, por muchos, como una era posdeóntica? ¿Puede ser esta manera de abordarla mirar solo al presente moral y a las explicaciones teóricas de las conductas tipificadas como de liberación de todas las ataduras, de las cadenas de la tradición y de cualquier compulsión moral, sin ir más allá de nuestro momento? Parece cierto que una de las características de la moral actual, posmoderna, es su carácter posdeóntico (Bauman, 2003), entendiendo por ello la pérdida, la superación e incluso el rechazo del sentido del deber, que de algún modo caracterizó la moral ilustrada, particularmente la de Kant, pero no únicamente la de él, sino también de toda aquella que conocemos bajo el mote de la modernidad. ¿Cómo se llegó a este fracaso de la razón ilustrada?, ¿se puede hablar de fracaso de la razón? Estas preguntas no se pueden responder desde el presente. Por eso, he pensado que para entender el ēthos posmoderno, es mejor remontarnos al estudio de ēthos tradicional, esto es, al estudio de las construcciones teóricas que encontramos en los inicios de la especulación moral, dentro de la cual los griegos ocupan el primer lugar. No se trata de remontarnos a Tales de Mileto, a Parménides o Antístenes por un puro placer erudito, sino que vamos al pasado para releerlo y buscar en él alguna inspiración, si fuera posible, que nos ayude a construir comprensión del presente.



 


Comentarios

  1. Tu tema es muy interesante y la forma en que lo fuiste redactando me pareció muy entendible, un poco extenso pero me gusto ya que estuvo muy interesante. Saludos....

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